POR LOS PUEBLOS DESHABITADOS DE LA GUARGUERA Y ALTO ALCANADRE
La
Guarguera y Alto Alcanadre es una comarca
oscense que ha sufrido los estragos de la despoblación. Extensiones enormes de
territorio se encuentran deshabitadas y los antiguos pueblos van desmoronándose
lentamente. Ansar organizó una salida el
23 de marzo para visitar varios de estos núcleos despoblados. Aunque la
intención inicial era la de hacer una caminata entre Matidero y Binueste, el
frío reinante, la necesidad de descalzarse
para cruzar las frías aguas del río
Alcanadre, y las previsiones de nieve aconsejaron cambiar la ruta por otra más
sencilla que nos permitiera conocer los pueblos de Torrolluela del Obico y
Torrolluela de la Plana.
Comenzamos la caminata desde la carretera de la Guarguera de donde parte
una pista hasta Torrolluela
del Obico. Estamos a 1.100 metros de
altitud, la primavera aún tardará en llegar. Quedan algunas manchas de nieve
junto al camino, pero ya aparecen las primeras flores: prímulas, hepáticas y
violetas.
Prímulas
La pista pasa junto a una masa de álamos temblones, aún sin hojas,
pero que nos llevan a imaginar lo hermosos que pueden estar en el otoño con sus
hojas rojizas.
Llegamos a Torrolluela
del Obico. En primer lugar nos acercamos a una borda en
excelente estado de conservación y que mantiene un arna en la parte alta. Es
una colmena tradicional fabricada con cañizo, barro y fiemo.
Visitamos la iglesia cuya bóveda ya ha caído pero en
la que aún se pueden ver restos de las pinturas barrocas que cubrían sus naves.
Desde aquí tomamos una
senda que asciende hasta Torrolluela
de la Plana. Nos imaginamos a los niños Torrolluela
del Obico que todos los días debían realizar la misma
caminata para asistir a la escuela. El recorrido discurre por una zona de
erizones y pinos silvestres que crecen sobre las areniscas y conglomerados de la Formación Campodarbe.
El viento en estas alturas es helador y caen intermitentemente copos de nieve.
El último tramo sigue
los muros de piedra de los antiguos campos bajo ejemplares de quejigos. Destaca
en el pueblo el enorme edificio de las escuelas, construido en el primer cuarto
del siglo XX, cuando todavía se mantenía repleto de vida.
Nos llama la atención
una casa de cuatro plantas, algunas portadas de grandes dovelas y Casa Cabero
en las afueras de la población, reformada en 1905 y con un interesante pozo.
La iglesia en lo alto
conserva una portada con figuras y ornamentos de factura clásica, que
sorprenden en estas regiones pirenaicas. Regresamos por el mismo camino con
alternancia de sol y nieve.
Recorremos la calle de Torrolluela del Obico
con sus casas desmoronadas.
Volvemos al autobús y
como es temprano decidimos visitar el pueblo de Matidero que se encuentra a
poco menos de 1 km
de la carretera de la Guarguera. Matidero
conserva una interesante iglesia de bella estampa al exterior aunque su bóveda
ya se hundió. La tarde ha mejorado, disfrutamos del sol y contemplamos una
hermosa vista de la Sierra
de Guara cubierta de nieve.
Regresamos al autobús y
Laguarta, junto a la carretera, está muy cerca. Es de los pocos núcleos
habitados de la zona, lo que nos permite descansar en el bar y comentar las
experiencias de la jornada.
en 1687 hubo plaga de langosta en Laguarta