CRÓNICA DEL VIAJE A ZUMAIA

Ansar organizó un viaje de naturaleza por el País Vasco para las fiestas de Semana Santa. Aunque las previsiones meteorológicas no eran nada prometedoras, el buen tiempo fue la nota de todas las jornadas.

Comenzamos visitando el Parque Natural de Aralar, en Guipúzcoa. Realizamos el recorrido desde el Centro de Interpretación hasta el embalse de Lareo. Un paseo entre la niebla, por el interior de un hayedo con algunos ejemplares notables.

 El caudal de los arroyos era considerable después de un invierno de abundantes lluvias. Al llegar a Lareo, disfrutamos de unas vistas de la lámina de agua entre brumas que dejaban volar la imaginación hacia lugares lejanos. 

Allí encontramos los primeros ejemplares de tritón palmeado que tan abundante es en esta zona. Los más valientes se atrevieron a retar a la niebla y subir hasta el mirador donde la suerte les recompensó con una espléndida vista tras desaparecer las nubes.

El segundo día visitamos el Parque Natural de Pagoeta, cerca de Zarautz. Es famoso su extenso jardín botánico que ocupa una superficie de 15 hectáreas.

 Bajando por el bosque llegamos hasta la ferrería de Agorregi. Allí, durante más de una hora una guía nos fue descubriendo las características de este singular conjunto etnográfico. Pudimos contemplar la maquinaria en movimiento del molino y de la ferrería.

 A partir de aquí continuamos nuestra excursión por el empinado sendero que nos conduce nuevamente al jardín botánico. En uno de los árboles pudimos observar a un ejemplar de trepador azul. Mientras que unos prefirieron quedarse disfrutando de la variedad de plantas del lugar, otro eligieron realizar el llamado sendero de fauna, un recorrido circular de unos 6 Km., que se adentra en los paisajes de Parque, y donde pudimos ver rana temporaria.

El sábado tocaba la excursión más larga. Comenzamos en la playa de Itzurun, en Zumaia, donde nuestro geólogo de guardia, Juan Pablo, nos explicó todos los detalles de la formación del Flysh. Se trata de un conjunto rocoso espectacular, de importancia internacional. Allí se encuentra el mejor conjunto de estratos del Paleoceno del mundo, por lo que en 2010 fueron definidos aquí dos estratotipos oficiales a nivel mundial. Gracias a esto se ha protegido el territorio con la figura de biotopo, albergando además una interesante fauna y flora litoral. Continuamos por la ermita de San Telmo, con magníficas vistas, hasta llegar al mirador Algorri. Aprovechando la marea baja, descendemos hasta la rasa para contemplar parte de la fauna marina y para ver otro de los lugares emblemáticos de Zumaia, el límite K-T, que conserva las pruebas de la gran extinción masiva producida por la caída de un meteorito que ocurrió hace 65 millones de años, y en la que desaparecieron los dinosaurios. 

Nuestro geólogo señalando el límite K-T

A partir de aquí recorremos la GR-121, en dirección a Deba, que nos conduce por bucólicos parajes de pastos verdes y vistas sobre los acantilados. El barro hizo más duro el recorrido de unos diez kilómetros de continuas subidas y bajadas. Al final alcanzamos el camping de Itxaspe donde terminaba nuestra caminata.

Para el último día dejamos el paseo mas relajado. Salimos de Zumaia y seguimos el Camino de Santiago en sentido inverso para llegar a Guetaria. Al salir de Zumaia pasamos por su marisma, lugar de interés ornitológico, en el que es posible ver diversas especies de limícolas, gaviotas, garzas y otras aves acuáticas. 

El camino nos lleva por los campos en los que se cultiva la uva para conseguir el famoso vino de txacolí. 

La entrada a Guetaria tiene lugar por lo que parece ser una calzada romana. Al llegar a esta localidad optamos por subir al parque de San Antón (o ratón de Guetaria) y disfrutar de las vistas que desde allí se tienen. 

Algunos aún, incansables, siguen en sus búsquedas herpetológicas. Antes de comer, un paseo por las históricas calles de Guetaria y como no, a tomar pintxos y txacolí. Una estupenda comida puso broche a un viaje inolvidable.

Desde aquí queremos agradecer al personal del hotel, la inmejorable atención que tuvieron hacia nosotros. Así mismo dar las gracias a Miguel Ángel Romeo y Pilar Gutiérrez por la estupenda organización del viaje, a Juan Pablo por sus explicaciones sobre la geología y naturalmente a nuestro conductor, Celso, siempre pendiente de todos nosotros.